
Siempre tendré el sabor amargo de que la vida te dio poco tiempo, siempre tendré la sensación que te faltaron muchas cosas por vivir, muchos lugares por conocer, muchas más sonrisas por dar, mucho más amor por entregar, y es que tenías tanto amor en ese inmenso, bondadoso y hermoso corazón, que me hubiera encantado que más personas hubieran tenido la dicha de conocerte, de disfrutarte, de coincidir contigo en este camino de la vida, siempre tendré la sensación que nos faltó muchos más diciembres en familia, esos diciembres contigo que los extraño tanto, y que sin ti la vida no tiene los colores que tenía antes, no tiene el sabor que tenía antes, sin ti la vida se siente sola y vacía, pero aun así lo intento, cada día trato de dar lo mejor de mí, porque es lo que me enseñaste desde pequeña, me enseñaste a ser valiente, aplicada, a no rendirme fácilmente, a creer en mí a pesar de mis inseguridades, a disfrutar de los pequeños momentos porque son los más valiosos, me enseñaste que puedo caerme mil veces siempre y cuando esté dispuesta a pararme otras mil más, me enseñaste aprender de mis errores, a esquivar piedras para no tropezar o por lo menos no hacerlo muy seguido y es que tengo mucho que agradecerte porque todo lo bueno que pueda existir en mí, es gracias a ti, gracias a tu paciencia, a esa manera única que tenías de enseñarme, de entenderme, de amarme…Prometo hacer de esta vida mía algo digno de todo lo que me diste, algo digno de ti. Te amo y te amaré siempre.
Besos hasta el cielo mi ángel.
Deja una respuesta