
Toma mi mano y no la sueltes por más fuerte que sea la tormenta, por más agitadas que se vean las olas del mar o por más oscuro que se torne el cielo, ven, toma mi mano y déjame ser en quien te apoyes cuando tus piernas flaqueen, quien te sujete fuerte cuando sientas que te hace falta el aliento, déjame ser tu tranquilidad en el caos, tu puerta de salida y tú, tú se la fuerza que necesito cuando esté a punto de perder la batalla, sé esa voz de aliento cuando sea necesario, y ese apoyo en el silencio cuando haga falta, ven, toma mi mano y disfrutemos junto de los sabores de la vida, de esos sabores dulces que nos hagan explotar de felicidad y de los amargos que nos hagan llorar sin tregua, ven, toma mi mano y no la sueltes.
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