
Eres una sombra que me acecha desde que soy niña, desde que tengo uso de razón apareces y desapareces entre mis pensamientos dejando siempre dudas a tu paso, dejando preguntas inconclusas que tal vez nunca tendrán respuesta, siempre fuiste una sombra sin rostro, sin voz, sin recuerdos, solo una figura oscura en mis pesadillas y en mis sueños, cuando era niña jugaba a darte forma, a darte voz, a darte rostro, a crear recuerdos de los que tú hicieras parte, en mi niñez te amé y te odié con el alma, odié tu inexistencia y amé lo que idealicé de ti, luego pasaron los años y pude ver tu rostro, tu verdadero rostro y no sabes la satisfacción que sentí al no sentir nada, al no sentir nostalgia u odio, o cualquier otro sentimiento que pudieras generar en mí, solo era un rostro más entre miles, solo el rostro de un hombre más entre miles, siempre tendré preguntas que ni siquiera quieren ser respondidas, en fin, solo te escribo para despedirme, para decirte que hoy desapareces como sombra, hoy desapareces de donde nunca has existido. Hoy desapareces de mi vida.
Deja una respuesta